jueves, febrero 15, 2007

3 historias

Él sale de su casa y camina bajo la lluvia, tiritando un poco y observando otro tanto el cielo gris que no da señales de vida. Alrededor lo de siempre, gente, perros, gatos, vehículos, carteles en decadencia, etc.
Pasan varios minutos, varios carteles más, gritos, caras llenas de cansancio y algunos niños radiantes, cuando por fin camino solo por unas escaleras de piedra, entonces su mirada sufre un espasmo al encontrarse con la mirada de ella.

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Ella tiene los ojos hinchados y llenos de lagañas, ha sido una noche larga, pero afortunadamente tiene algunos trucos y unos minutos después, sus ojos son hermosos, su tez blanca se ve impecable y su boca roja invita a besarla. Sale y el día es nublado, pero aún no ha comenzado a llover; tiene que recorrer el mismo paisaje natural de siempre, personas, el metro, calles que parecen inconclusas y corredores con ángulos surrealistas.
Después de una hora y unos cuantos minutos, por fin se encuentra ante el edificio de piedra y sube los escalones, entonces su mirada cambia de forma y sus pupilas se dilatan aunque haya exceso de luz: se ha encontrado con su mirada.

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Era un día nublado, pero algunos rayos de sol se colaban esporádicamente entre las nubes. Dos personas se miraban fijamente, intentando descifrarse el uno al otro, no había ningún sonido, pero la comunicación era fluida. Sin decir nada ambos se sentaron y recargaron su espalda contra un muro de piedra. Pasaron algunos minutos, ambos permanecían en silencio, su mirada ya no estaba conectada, y a pesar de eso, se sentía como sus cuerpos vibraban. Ambos se pararon al mismo tiempo y se miraron una vez más y un destello broto de ambos, se dieron la espalda y caminaron hasta que la distancia entre ambos era infinita, caminando y sin dejar de sonreír.

domingo, febrero 11, 2007

Música Solar. Una historia de amor y muerte


Pues fuimos a Kino y…
El sol comenzó a danzar, giraba rápidamente sobre mi cabeza y no lo sentía, nadie se podía dar cuenta, pero danzaba y danzaba. Los rayos comenzaron a vibrar, entonces comenzó la sinfónica a tocar, altos y bajos tonos de color naranja rodeaban las gaviotas, la arena, la piel morena y sudada; así todo se complementaba.

El mar y el cielo jugueteaban, se miraban y se prometían amarse siempre, al final del horizonte sería su encuentro; mientras el sol seguía con su música, dándole calor a todo, dándole vida a lo descolorido, creando semitonos únicos y espectaculares.

El día transcurría y el cielo y el mar estaban felices y ansiosos porque al fin se encontrarían, se iban acercando más, allá lejos, donde nadie lo podía notar, en el horizonte. Ya estaban muy cerca, el sol había dejado de tocar, y cuando por fin el mar alzo su mano hacia el cielo, el sol se interpuso y abrazo fuertemente al cielo. El mar no lo pudo resistir, el cielo tampoco y juntos, con todo el odio que puede existir en un inmenso mar y en un eterno cielo, aplastaron al sol entre los dos. Todo el cielo fue bañado con la sangre del sol y la luz se volvió escarlata. Antes de morir se escucharon unas notan del réquiem del sol, que se fueron desvaneciendo mientras unas pocas estrellas se asomaban para ver el cruel asesinato…

Nótese que:
1. es un cuento asimétrico, de principio a fin.
2. también es convexo.