jueves, julio 28, 2011

¿Dictadura o democracia?

Los que estudiamos economía llamamos “dictador benévolo” a un modelo económico donde las decisiones están centralizadas por una persona que toma las decisiones más racionales (desde el punto de vista utilitarista y de optimización), que al final, benefician a la sociedad en su conjunto.

En la sociedad moderna, suena impensable cuestionar a la democracia. Vivimos tiempos en que la democracia se ha convertido en el único sistema de gobierno viable y apto a nuestra vida. La democracia es la vanguardia y el máximo alcance del progreso.

Todo el bombardeo mediático, lo que escuchamos repetidamente en boca de nuestros amigos, vemos en televisión, leemos en los libros, encontramos en internet, redes sociales, etc., nos impide cuestionar a la democracia. Quién así lo hiciere, es considerado un loco, retrógrada, o excéntrico, que no es capaz de superar los traumas del pasado.

A pesar de lo que la mayoría cree, la democracia, tiene su lado obscuro. Mi objetivo en este post, es simplemente mostrar algunos de los problemas que conlleva el sistema político democrático. Esto, creo que sirve para mostrar que la idea del progreso es una ilusión, y simplemente nos movemos en direcciones, que pueden tener mejoras y evolución en ciertos espacios, pero pérdidas e involución en otros.

En esta ocasión desarrollo principalmente dos temas: la idea de justicia versus eficiencia y sobre la nueva clase política.


Justicia vs Eficiencia

Es innegable que la democracia es el sistema político más justo que hemos inventando hasta la fecha. Aunque también, es necesario señalar, que la democracia pura, donde todos tenemos voz y voto en las decisiones del Estado, no existe. Esta democracia pura, fue posible en sociedades primitivas y en algunas Ciudades-Estado de Grecia, donde había pocos habitantes y todos expresaban su opinión en el foro común.

En la actualidad, tenemos un sistema imperfecto que se asemeja a esa democracia pura, que se le llama “democracia representativa”. En este sistema una persona tiene acceso una serie de paquetes, supuestamente diferentes, y puede elegir entre éstos. Para eso se elige a un representante, que promete cumplir todo lo que incluía en su paquete de políticas, aunque en la mayoría de las ocasiones, con suerte, cumplirá 1 o 2 cosas.

A pesar de no tener democracia pura, este sistema parece justo. Gana el paquete que la mayoría quiere, aunque la gente elija el que le parezca menos peor de las opciones que tiene. La democracia entonces, es justa, ya que beneficia a la mayoría. Sin embargo, no hay que olvidar que, por más justo que parezca, finalmente es una imposición de la mayoría a la minoría. Para la minoría que perdió, la democracia es muy similar a una dictadura que se impone sobre sus intereses.

Lanzo entonces la siguiente pregunta: ¿Es mejor para la sociedad lo que decide esa mayoría? La decisión de la mayor parte de la sociedad está basada en su creencia de lo que es mejor. ¿Cuál es el problema? Qué un porcentaje muy pequeño de la población tiene acceso a altos niveles de educación. Un porcentaje pequeño de la población es la que tiene capacidad crítica y de análisis profundo, en cambio la mayoría, tiene menores ingresos y esto hace imposible que se prepare más, asimismo le sobra poco tiempo para analizar decisiones que van a impactar a la sociedad en el largo plazo.

Lo que estoy diciendo es que la mayor parte es ignorante y probablemente, tenga menos instrumentos para acertar y elegir la mejor opción para el bienestar de la sociedad en su conjunto. Entonces, si tenemos un sistema que beneficia a la mayoría de la población, estamos aceptando tomar decisiones, con base a la gente menos educada y menos preparada del país.

La clase política surgida de la democracia: la peor de la historia

Siguiendo el argumento anterior. En las monarquías y las oligarquías, la mayoría no decidía quiénes iban a ser sus gobernantes. Estos eran impuestos por un grupo de “notables” que escogían a las mejores personas para el cargo. El criterio era de gente estudiada, que tenía acceso a información que la mayor parte de la población desconocía. Por otra parte, los futuros reyes, eran educados en el arte de gobernar. Desde pequeños les enseñaban administración del reino, técnicas de combate, varios idiomas, geografía, lo más avanzado de ciencias, diplomacia, etc.

¿Qué ha cambiado en la actualidad? Seguimos teniendo a estos grupos de “notables” que tienen acceso a información que nadie tiene, seguimos teniendo a la mayor parte de la población, que a pesar del internet y los nuevos medios de trasmisión de conocimiento, siguen ignorando muchísimas cosas.

Pero ahora, tenemos una nueva clase política que es elegida por la mayoría. Esto tiene como resultado a notables personajes que conforman nuestra nueva clase política. La nueva clase política tiene el objetivo del poder por el poder. Su lucha: perpetuar a su partido.

Los efectos de los incentivos de esta nueva clase política, son completamente adversos para la sociedad, ya que sacrifican gobernar, en aras de las próximas elecciones, de los sentimientos del populacho, etc.

Antes, la monarquía estaba enfocada a otras cosas. No tenían que preocuparse por elecciones. No tenían “enemigos” políticos, como ahora. Eran personas entrenadas para gobernar, cuyo objetivo era hacer crecer al reino, hacerlo próspero, obtener reconocimiento de otros reinos y enriquecerse con gloria y solemnidad.

En la actualidad, la clase política, son personas poco instruidas en el arte de gobernar. Lo único que importa es ganar la elección, derrotar a sus enemigos y tratar de saquear toda la riqueza posible, dentro del periodo de gobierno. Cuando, la nueva clase política, está gobernando, además de buscar enriquecerse, busca perpetuar su cota de poder y en vez de enfocarse en tomar decisiones que enriquezcan su país, anteponen todo para que su partido sea reelecto en las próximas elecciones y así prevalecer.

La democracia es la culpable de que tengamos a la clase política de la que muchos renegamos. Nuestro sistema, al hacerla competir constantemente, hace que los políticos se olviden que están ahí para administrar y buscar el beneficio social. Por eso, la próxima vez que no salga a tiempo la reforma laboral, no hay que olvidar, que la ineficiencia e ineptitud, es parte inherente de la democracia.

viernes, julio 22, 2011

Mexican Frenzy: ¿Descanso?

Parte 8.

—Está muy bien Mike, pero, ¿por qué no sacaste comida de las máquinas expendedoras? — Dijo el Gera en un tono sarcástico. — Porque todas están totalmente saqueadas — Respondió Mike con un tono similar. Nos volteamos a ver todos mientras comíamos y entonces la Neni dijo — Eso quiere decir que puede haber más gente aquí en el edificio… — Liz interrumpió — También puede ser que la gente, antes de escapar, saqueó las máquinas.

—Pues quién sabe. — Terminó el Mike. — ¿A dónde vas Nacho? — continuó el Mike. El Nacho se había parado sin comer y volvía a asomarse hacia afuera. — ¡A ningún lado ¿qué no ves?! — Él seguía hostil y hablaba siempre alzando la voz. — Uyyyy — Le dijo la Neni — ¡Qué carácter! —Sí ya bájale — dijo el Gera. —Pues estamos rodeados, a pesar de estamos comiendo esas madres que trajo el Mike, nos la vamos a pelar. — Mira cabrón — dijo el Mireles que había permanecido callado durante toda la conversación — Ya déjate de mamadas we, queremos aportes positivos aquí. El Nacho se limitó a mirarlo y se sentó en el piso, alcanzó una barrita de granola y empezó a comer.

—Yo opino que deberíamos dormir — dijo Luisa. Inmediatamente dije — Estoy totalmente de acuerdo contigo Luisa, tenemos que dormir un rato. — Sí — dijo el Rudo y continuó: — Ya hay que dejar de preocuparnos por un momento, estamos cansados y jodidos, tenemos que dormir para pensar con mayor claridad. Todos aceptaron moviendo la cabeza. Empezamos a buscar lugares para dormir. El piso era una opción natural, pero quizá se podía estar más cómodo. El Gera usó su mochila de almohada y quedó se durmió al instante.

Laura y yo volteamos unas sillas sobre una alfombra que se encontraba en el lobby, de tal forma que el respaldo inclinado de la silla, servía de almohada. Usamos la típica técnica que usábamos en el colegio para dormir en la biblioteca, Liz se acercó y nos dijo — Claro, si algo nos enseñó el colegio es pistear y dormir en el piso. Ella también tomó una silla y la volteó en el piso. El Rudo se emocionó y aplicó el mismo procedimiento. El Nacho andaba jalando unas macetas, quizá quería hacer algo con las plantas para dormir. El Mike y la Neni se acostaron en una mesa y acomodaron unas carpetas encima. El Dogo y la Luisa llegaron a nuestro lado y el Dogo se quitó un suéter que traía puesto y se lo puso a la Luisa como almohada. Esta fue mi última imagen antes de quedarme dormido.

—PUUUUUUUUM — un ruido estruendoso me despertó de un saltó. Laura se incorporó también. — ¿Qué fue eso? — dijo Laura. El Dogo se paró al instante y el Gera ya estaba caminando — Cabrones, no está el Nacho — dijo. Todos nos despertamos. — ¿Qué pedo? — dijo el Mike con voz somnolienta. Afuera, en la calle, se veía que ya era noche. — ¡¿Qué chingados está pasando?! — dijo el Rudo. Me paré y busqué entre todos para confirmar, que en efecto faltaba el Nacho. — Aguanten — dijo el Gera — la puerta del Lobby está abierta. Fijé apresuradamente mi mirada en la puerta, estaba completamente abierta.

miércoles, julio 13, 2011

Mexican Frenzy: Hambre


Después de tomarnos la cerveza entre el Gera, el Mike, el Mireles, el Dogo, el Rudo y yo. Hubo un momento de reflexión, nadie hablaba y todos estaban totalmente perdidos en sus pensamientos. El Nacho no había pisteado, quería estar alerta, nos dijo. Se mantuvo escuchando a lo que decíamos los demás. Habíamos dejado de conversar sobre la precaria situación en la que estábamos, de pronto el Mike se puso de pie de un salto — Voy a ir a explorar esta madre, ¿alguien me quiere acompañar? — El Mireles se puso de pie — Yo, vamos.

Ambos se fueron y entraron a las escaleras de emergencia para subir al primer piso. El resto nos quedamos ahí, sentados en el suelo. El dogo preguntó — ¿Tienen señal? — Automáticamente buscamos nuestro celular. Yo había tenido hacía unas horas en el Soriana, pero ahora, no había servicio. Miré al resto del grupo y todos tenían cara negativa cuando observaban su teléfono. — Nada — dijo Liz. Y el resto asintió como admitiendo que ellos tampoco tenían señal en sus teléfonos.

— Ese no es el pedo — dijo el Nacho sin voltear a vernos — El problema es que no tenemos comida y estamos atrapados en la torre mayor donde nomás hay pinches oficinas. Nos vamos a morir de hambre o vamos a tener que volver a salir a enfrentarnos con esas pinches mierdas — terminó, señalando hacia afuera del edificio, donde muertos vivientes seguían moviéndose lentamente.

— Podemos ir a buscar alguna llave de algún carro, seguro hubo raza que dejó su carro estacionado… — dijo el dogo. Todos se quedaron pensando un rato, Rodolfo habló — este edificio tiene un helipuerto, a lo mejor hay un helicóptero estacionado arriba y podemos escapar con esa madre. — ¿Estás loco? — Dijo el Gera — Me vas a decir que sabes manejar esas madres. El Rudo nomás dijo: — Nel… no sé, pero yo nomás decía.

La Neni que había estado callada dijo — Si está difícil, pero, la verdad, yo ya tengo mucha hambre. Varios dijeron — Sí, yo también. La Neni continuó — Vamos a tener que armarnos de valor y salir. Laura intervino — Sí, vamos a tener que salir eventualmente, pero la verdad, yo estoy muy cansada, quiero dormirme un rato. Acaricié a Laura en la espalda — Duérmete hermosa, yo aquí te cuido. Luisa dijo — Yo también me voy a domir. El Dogo dijo — Si tú también duérmete “mosha”. Duérmanse todos los que estén cansados, nosotros cuidamos un rato y luego nos turnamos, tenemos que descansar — terminó el Dogo. El Gera se acostó en el piso — Bueno, con su permiso…

La Neni interrumpió nuevamente — A lo mejor hay gente zombie adentro del edificio ¿no?, vamos a buscar al Mike, le puede pasar algo. — Tranquila — dijo el Gera — Tu novio es bien rudote, no le va pasar nada. La Neni se rió un poco, pero en su rostro continuaba reflejando preocupación. Mientras tanto el Nacho se levantó y se asomó por los cristales para ver a los zombies que caminaban afuera, después volteo nuevamente su mirada hacia nosotros — Tengo un chingo de hambre. Neta que nos vamos a morir aquí, no sé porque la juegan de que “todo está bien”, ¡Nos vamos a morir! ¿Qué no entienden? — terminó su frase gritando. El Rudo dijo — Calmado. Todos tenemos mucha hambre, pero nos tenemos que aguantar. — Not today my fren’ — Escuchamos la voz del Mike que había llegado con Mireles sin que los notáramos. El Mike tiró en el centro del grupo como unas 20 barritas de granola y galletas de varios tipos, como 30 jugos pequeños y unos cuantos sándwiches. — ¿Pero cómo…? — Empezó a decir Laura y el Mike la interrumpió — Abrimos todos los cajones de las oficinas y había varios que tenían “lonche”, así que a comer marcianos.

martes, julio 12, 2011

Mexican Frenzy: Amanece

Liz respiraba agitadamente, había salvado a Laura con su zapato de tacón. Nacho estaba en el suelo en su rostro se veía sangre que le había salpicado. Mireles bajó lentamente su rifle y se recargó en la pared. Rodolfo estaba serio y realmente triste. El Gera se había vuelto a echar al piso, el Mike y la Neni seguían tomados de la mano. Y yo, me acerqué a Laura y la abracé con fuerza.

Un momento de silencio es lo menos que podíamos hacer por nuestro amigo muerto. Habíamos vivido momentos horribles y la culminación era la muerte de Diego. El Dogo nos veía con cara de preocupación, quizá se sentía mal, pero nadie se atrevería a recriminarle nada, él había hecho lo correcto.

Nadie habló por más de 15 minutos. Rodolfo rompió el silencio — No mames, neta que me caía muy bien ese cabrón, ¿qué vamos a hacer? Nos vamos a morir todos. Nacho dijo — Sí, es cierto, la veo difícil… — Mike se paró de repente y levanto las manos — ¡No, no, no! Tranquilos, todo va a estar bien, no podemos dejarnos derrotar, está bien culera la situación, pero vamos a salir adelante. Laura levantó la mirada y dijo — ¿Alguien trajo algo de comida? Todos guardamos silencio nuevamente.

Habíamos tenido que correr y escapar a toda prisa, a nadie se le pudo haber ocurrido llevar algo del auto, pero… — Yo si traje cosas del carro wasones. Era el Gera de pie, sacudiendo su mochilita. — Pero antes que nada, vámonos de este pasillo.

Algunos sonreímos, Liz soltó una carcajada alegre, y por otra parte, Rodolfo sólo frunció el ceño y empezó a cojear detrás del resto de nosotros. Caminamos por el largo pasillo hasta que llegamos a un espacio abierto y grande, llegamos al lobby. Hacia afuera podíamos ver miles de zombies caminando lentamente, sin notar nuestra presencia por el tipo de cristales de las ventas. Nos sentamos en el suelo. Nacho todavía tenía manchada la cara y el Mireles le dijo — Nacho tienes sangre en la cara we. — El nacho no hizo nada, sólo se limitó a mirarlo.

— ¿Entonces trajiste comida Gera? — preguntó el dogo. — Pues dos tres — Dijo sacando de su mochila un 12 de tecates y una lata de atún. Hubo silencio que Luisa rompió — ¿Ósea que cuando pudiste traer latas de comida, te trajiste unas cervezas? ¡Qué irresponsable eres! — Liz también alzó la voz — No mames wey, ¿es en serio? — El Gera atacado, inconscientemente se movió unos pasos para atrás y regresó la cerveza a su mochila: — Yo no dije que traía comida, si no quieren no tomen, me vale madre. —Aparte grosero — terminó Luisa.

— jajajajajajajaja — El Mike se empezó a reír un chingo, a mí también me dio risa y solté — jajajajaja — Rodolfo empezó a reír también y dijo entre carcajadas: — te mamaste we, pero si está de pelos, a mí sí dame una chela. —Esa es la actitud — dijo el Gera triunfal y lanzó un bote al Rudo. La mayoría reímos, excepto Liz, Luisa y Laura. Después de un rato, incluso ellas se relajaron. Nos sentamos y tomamos un poco de cerveza para descansar por primera vez, de las varias horas que habían parecido una pesadilla de varios días. Afuera por las ventanas, se veía el sol salir lentamente.

jueves, julio 07, 2011

Mexican Frenzy: Sangre

Ver parte 5.

La puerta se abrió. Liz entró rápidamente y Laura volteó su mirada hacia abajo para buscarme, cuando me vio me hizo señas para que subiera. Comencé a correr y vi que el Gera subía rapidísimo por las escaleras. Cuando empecé a subir pude ver que en el pasillo ya venían corriendo el Mike y la Neni, seguidos muy de cerca por Luisa. Subí a la escalera de dos en dos escalones y en cuanto llegué a la cima, abracé a Laura y le dije — Muy bien hermosa, te rifaste con la puerta. Al mismo tiempo asomé mi cabeza al interior, Liz y el Gera ya estaba adentro. Se veía un pasillo alfombrado, paredes blancas y varias puertas, el Gera estaba tirado el piso, con una mochila en la mano que no había notado. Volví a asomarme para ayudar a subir a la Luisa, el Mike subió corriendo agarrado de la mano de la Neni, ambos se veían bien. La Neni tenía los ojos muy abiertos con expresión de shock. El Mike dijo — No mames, neta, creí que no la íbamos a librar — La voz del Mike estaba temblorosa, se veía bastante cansado, con ojeras, los pies sucios y sangre en varias partes, con todo, no estaba herido.

El Rudo llegó con Diego y varios zombies pisándole los talones, hasta el final, el Dogo y el Mireles seguían siendo el equipo defensor que habían matado muchos zombies, con una horda de muertos vivientes a su alrededor, se defendían ágilmente y luchaban con todas sus fuerzas para evitar que llegaran a nosotros. — ¿Dónde está el Nacho? — pregunté. — ¡A la madre! No sé we — me dijo el Mike. El Rudo subió las escaleras, mientras yo me atravesaba para bajar — ¿A dónde vas cabrón? — me dijo el Diego. —Falta el Nacho we. De pronto, escuchamos unos gritos — ¡Ayúdenme, ayuda, ayuda! — era el Nacho que venía corriendo entre varios zombies, le faltaba un tenis y corría desbalanceado, lo que provocó que tropezara justo a lado del Dogo y el Mireles que seguían matando zombies y avanzando a la escalera. El Diego me dijo — Yo voy por él. Al instante saltó de la escalera para ir a salvarlo. Un zombie se abalanzó sobre el Nacho y justo unos segundos antes de ser mordido en el cuello, Diego atravesó su cabeza con la estacada que portaba — Vámonos huerco, pero en chinga — dijo Diego apremiante, mientras ayudaba al Nacho a levantarse. —Muchas… gracias… we… — dijo el Nacho, todavía con los ojos en shock y la respiración entrecortada.

El Dogo y el Mireles ya habían subido la escalera, el Dogo en cuanto subió gritó — ¡Luisa! ¿Dónde estás?, Luisa salió a abrazarlo — ¡Boni, boni, estaba bien preocupada, boni!

Nada más faltaban Diego y el Nacho de subir, varios zombies venían corriendo a la escalera — Apúrense — les dije desesperadamente. Nacho y Diego subieron casi al mismo tiempo pero, cuando Diego ya estaba casi en la puerta con nosotros, un zombie agarró su pierna, Diego pateo al zombie con su otra pierna, pero llegaron 3 zombies más a jalarlo, el Nacho lo tomó del brazo subirlo rápido y yo también hice lo mismo. Diego de pronto gritó en un alarido de dolor y justo después de grito, la resistencia se acabó y logramos subirlo.

Entramos con él cojeando a la casa y sangraba de su pierna. Cerré la puerta rápido, justo para escuchar los golpeteos de los zombies contra la puerta de metal. El Mike abrió los ojos como platos — ¡No mamen! ¿Lo mordieron? — El Nacho contestó: — Sí, pero no pasa nada, todo bien. El Gera se incorporó de un salto — No mames Munguía, mátalo sácalo a la verga de aquí. El Mireles apunto con su escopeta lanza clavos — Hazte a un lado Nacho. Diego alcanzó a hablar con la voz temblorosa, estaba muy asustado y habló sollozando: — Pinche puñetas, por favor, no me va a pasar nada. El Nacho dijo — No se pongan locos, este morro me salvó, es otro pedo… no terminó de decir la frase porque Diego empezó a vomitar sangre, sus ojos se volvieron más negros, su cuello se torció de una manera macabra y empezó a gritar. El Nacho lo soltó y Diego clavó la mirada en donde yo estaba.

Cayó sobre mí intentando morderme y logré detenerlo con las manos mientras escuchaba varios gritos de mis amigos y amigas. Laura reaccionó rápido y lo jaló tratando de quitármelo de encima, pero Diego-zombie aprovechó y se lanzó gritando y escupiendo sangre sobre ella de un salto. Justo cuando su boca se iba a cerrar en la pierna de Laura, la mano poderosa de Liz Leyva enterró un zapato de tacón en el ojo de Diego que lo hizo retroceder gritando y echando chorros de sangre, en ese momento el Dogo cayó encima de él con su bate, lo golpeó hasta que su cráneo tronó y dejó de moverse.

miércoles, julio 06, 2011

Mexican Frenzy: La torre mayor.


Sigan corriendo — grité. No se veía una salida posible, hasta que el Rudo (que corría con dolor por su pierna) dijo — Ahí adelante está un edificio, es la torre de Ixe, vamos a ver si podemos entrar. Liz corría con sus tacones en la mano, sabiamente había decidido quitárselos para correr. Atrás de mí venía el Mike y la Neni, ambos intactos pero son sus cuchillos ensangrentados, habían aprendido rápidamente a defenderse con estas armas. El dogo se había retrasado un poco, junto con el Mireles, que eran los que estaban deteniendo a los zombies a punta de batazos y disparos de clavos. Hasta adelante del grupo estaba el Gera que iba corriendo precisamente al edificio que había señalado el Rudo.

De repente, el camino para el Gera se cerró un poco y tuvo que esquivar tres zombies que estaban rondando por la calle de Reforma, entre varios carros destruidos, que evidentemente habían chocado horas antes en un intento por escapar de la ciudad. El Nacho pasó corriendo a mi lado, se veía muy serio y callado, concentrado en escapar. Laura estaba a mi lado, cuando un zombie se atravesaba en nuestro camino, entre los dos lo golpeábamos con los bates, los derribábamos y seguíamos corriendo, nos habíamos sincronizado en golpearlos en las piernas para que cayeran, en vez de intentar matarlos.

El Rudo se la estaba pasando mal porque no podía correr mucho. Pero Diego, estaba a su lado, ayudando con un palo de escoba que había roto, formando una especie de estaca, que la usaba para clavarla entre los ojos de los zombies y derribarlos de un solo golpe. El camino al edificio se veía eterno y en Reforma, cada vez nos topábamos con más automóviles, parecía una congestión de tráfico normal en el D.F. solo que no había personas en los autos y había zombies en las calles y banquetas, afortunadamente, tardaban un rato en notar nuestra presencia.

Cuando alcancé el edificio el Gera estaba en la puerta pateándola, estaba cerrada. — No mames, no mames, no mames — decía con desesperación. Liz llegó, mientras los otros corrían hacia nosotros, pero eran seguidos por una jauría de zombies que nos devorarían junto a la puerta. Liz dijo — Vamos a rodear el edificio a buscar salidas de emergencia. Hicimos caso y me quedé me esperé un poco para avisar a los demás, mientras Laura se adelantaba con Liz y el Gera: — ¡Vamos a rodearlo! Está cerrada la puerta, vamos a rodearlo — grité varias veces con fuerza. El Mike movió la cabeza señalando que me había entendido. Un zombie apareció a mi lado gruñendo, golpeé con fuerza su pierna y corrí todo lo que pude, estaba empezando a sentirme cansado.

Di la vuelta al edificio y pude ver a Liz y Laura subiendo por una escalera de metal pequeña que conducía a una puerta naranja que decía salida de emergencia. En este lado del edificio no había zombies, pero podía oír que varios de los que estaban en la calle corrían hacia nosotros, además de que escuchaba a mis compañeros luchar arduamente por sobrevivir. Contuve el aliento cuando vi a Laura forzar la puerta, la pateó con fuerza y… se abrió.

martes, julio 05, 2011

Mexican Frenzy: Emboscada


Salimos todos del Soriana con cautela, ya había varios zombies rondando el lugar pero no nos notaron. Caminamos con mucho sigilo y cuando el Nacho presionó el botón de la alarma para abrir el auto, todos contuvimos el aliento mientras escuchábamos el “beep beep” de la suburban. Al instante varios zombies voltearon su mirada hacia nosotros y corrieron hacia donde estábamos. — En chinga, todos pa’ arriba — gritó Diego. Su comentario no era necesario, ya todos estábamos arriba de la camioneta y el Nacho, haciendo gala de su concentración, la encendió y aceleró alejándonos del lugar.

¿Por dónde me voy? — preguntó el Nacho. —Depende de a donde vayamos muchachos. ¿A dónde quieren ir? — contestó Rodolfo con una sonrisa en su rostro. Su buen humor estaba regresando a pesar de la situación, sin embargo, tenía la mano sobre su pierna apretando su herida, evidentemente le dolía y estaba aguantando. Laura observó: — ¿A qué isla quieren ir?, entonces, el Mike intervino: — Yo creo que podemos ir una de la isla de Revillagigedo o… — ¿Si sabes qué eso está bien lejos no? — Interrumpió Liz. Mike continuó echándole una mirada de desprecio a Liz — …u otra que está más cerca es la isla María Magdalena, que está en Jalisco. El Luis y yo estudiamos esa madre desde hace un chingo, por si un día pasaba algo como lo que está pasando ahorita. Liz volteó los ojos hacia arriba — No creo que sea una buena idea. — ¿Entonces que propones? — le dije. De pronto se escuchó un sonido indicación de que habíamos atropellado algo. Todos pusimos atención y vimos que en la calle había cientos y cientos de zombies corriendo hacia nosotros. El Nacho iba callado, serio y estaba sudando, pero tenía las manos firmes en el volante: — No se preocupen, los vamos a atropellar a todos. — Son un chingo — dijo Diego. —No hay pedo — dijo el Mike — si la armamos bien, síguele dando maniaco.

Cada vez se juntaban más zombies y el carro los atropellaba, pero algunas veces estaban muy cerca. Un zombie alcanzó a golpear el vidrio de la puerta izquierda de atrás con tal fuerza que el vidrio se estrelló, Laura y Luisa gritaron al mismo tiempo — No se ve bien Nacho — dije aceleradamente — salte de Revolución, salte, salte … — empezó a decir Laura con desesperación. El Nacho contestó — Aguanten, no se puede, vamos por en medio, si doy vuelta vamos a perder velocidad.

La suburban saltaba de repente, como cuando pasas topes a gran velocidad, por los zombies estábamos atropellando.

Nos estábamos acercando a Reforma y Nacho dijo: — Aquí voy a dar vuelta en chinga, está bien ancha esa calle. Laura intervino — No la des tan rápido, nos podemos voltear. Todos los demás estábamos callados, observando el camino y viendo a los muertos vivientes. La imagen era hipnótica, seres putrefactos, algunos con un ojo saltado, otros sin mandíbula, otros más arrastrándose porque no tenían piernas, la ciudad en completo silencio, sin ningún otro automóvil a nuestro alrededor, salvo los que estaban estacionados y algún otro en llamas.

¡Fierro! — dijo el Nacho cuando dimos vuelta en Reforma a gran velocidad. Algo salió mal, justo cuando el carro giró atropellamos un zombie o un ser humano muerto que yacía en el piso, lo cual hizo saltar la camioneta de tal forma que se elevó y giró hacía su izquierda volteándose e impactando directamente con el lado del piloto en el pavimento de Reforma, raspó fuertemente haciendo un chillido que fue acompañado de un par de chispas resultado de friccionar el metal y el concreto.

Yo y Laura éramos los más pegados a la ventana derecha, que también se había roto. No obstante, todos estábamos encima el uno del otro, golpeados y un poco aturdidos. Pregunté a Laura — ¿Estás bien?, ella me contestó rápido — Sí, y apretó mi mano. Escuché al Dogo decir — Hay que salir rápido, muévete Mungs. Me apresuré a salir por la ventana y saltar del carro. Salió Laura después, seguida del Dogo que jaló a la Luisa hacia afuera, Luisa se agarraba la mano izquierda con la derecha, todo indicaba se había torcido la mano. Salieron todos los demás aparentemente sin ningún rasguño, excepto que al final salió el Gera, que tenía un chingo de sangre en la boca, todos se hicieron para atrás asustados. Él nos observó y escupió sangre y varios dientes al suelo y dijo — No me pasó nada. El Mike dijo: — No mames, como que no… — No hay tiempo para eso muchachos— dijo el Rudo señalando hacia un grupo de zombies que corría hacia nosotros. Mireles empezó a disparar clavos, el Mike le cortó a un zombie la cabeza con un cuchillo de carnicero cuando éste se le abalanzaba, Laura había logrado derribar uno con el bate y machaba sin piedad su cabeza. Al mismo tiempo, todos estábamos tratando de correr y movernos, golpeando y retrocediendo, esquivando y retrocediendo, la desesperación se estaba apoderando del grupo.

¡Corran, corran! — gritaba el dogo mientras le hundía un bate a un zombie en la cabeza y Luisa gritaba atrás de él. No se veía nada alrededor y nos estaban rodeando.