Hace mucho escribí un post llamado el derrumbe, actualmente ha vuelto a ocurrir, después de casi tres años, algo muy similar a lo que ocurrió aquella vez. La diferencia es que ahora estoy preparado y he aprendido mi lección. Por querer ayudar nuevamente he sido mal interpretado e inclusive odiado, pero este no es el punto de este post. El objetivo de este es la desilusión, la interrupción, la desgana y la enajenación.
Siempre he tenido ideas que defender y metas muy distantes, que poco a poco me he ido cumpliendo, con mucho trabajo y una pizca de inteligencia. Mis objetivos sólo yo los conozco, sin embargo siempre he querido compartir algunas cosas con personas que yo consideraba como yo, siempre inconformes y buscando dejar huella. Me desilusión es grande al darme cuenta como gente que he conocido a lo largo de los años ha cambiado y a dejado de buscar los mismos objetivos que antes compartimos.
Hasta cierto punto comprendo, porque la gente suele cambiar cuando cambian sus prioridades, o cuando tienen problemas que impiden que sigan buscando lo mismo. También comprendo que mi situación es diferente a la de los demás, refiriéndome a que ninguna situación es igual para nadie.
Yo recuerdo bien en mis primeros años de rebeldía, cuando se es demasiado joven y se quiere cambiar el mundo solo con el corazón. En esos tiempos uno cree que nunca va a cambiar su forma de pensar, que nunca va a dejar de lado su inconformidad, y nunca falta algún adulto que te hace recordar “cuando crezcas vas a ver las cosas diferente”. Generalmente esos adultos se referían a que finalmente, se tiene que formar parte de la sociedad y uno se transforma en un engrane más que hace funcionar la maquinaria social. Con el paso del tiempo efectivamente las personas van cambiando sus prioridades, y ante obstáculos que presenta la vida tiene que echar a la basura la ideología y formar parte de aquello de lo que siempre estuvo en contra.
Ese puede ser un camino. Sin embargo, habemos quienes seguimos creyendo que la sociedad no esta inerte, si no que se esta moviendo, y necesita de individuos que vayan en contra corriente, y no unirse solamente al flujo constante en que se mueve la mayoría. Cuando menciono de ir en contra corriente, me refiero a varios caminos, sin embargo no importa que camino sea, mientras ninguno de estos individuos olvide nunca que las cosas siempre se pueden mejorar.
Los que resisten todos los obstáculos que no son más que mecanismos naturales que tiene la sociedad para resistirse a los cambios, son los que habrán logrado cambiar a la humanidad. Pueden ser muchas las maneras de avanzar contra corriente, desde el campo de la ciencia, desde la política, desde el arte, entre muchos otros. Para muchos este es un futuro incierto y sin importancia, es cuestión de prioridades, para otros es el objetivo principal para lo que vivimos.
Siempre he tenido ideas que defender y metas muy distantes, que poco a poco me he ido cumpliendo, con mucho trabajo y una pizca de inteligencia. Mis objetivos sólo yo los conozco, sin embargo siempre he querido compartir algunas cosas con personas que yo consideraba como yo, siempre inconformes y buscando dejar huella. Me desilusión es grande al darme cuenta como gente que he conocido a lo largo de los años ha cambiado y a dejado de buscar los mismos objetivos que antes compartimos.
Hasta cierto punto comprendo, porque la gente suele cambiar cuando cambian sus prioridades, o cuando tienen problemas que impiden que sigan buscando lo mismo. También comprendo que mi situación es diferente a la de los demás, refiriéndome a que ninguna situación es igual para nadie.
Yo recuerdo bien en mis primeros años de rebeldía, cuando se es demasiado joven y se quiere cambiar el mundo solo con el corazón. En esos tiempos uno cree que nunca va a cambiar su forma de pensar, que nunca va a dejar de lado su inconformidad, y nunca falta algún adulto que te hace recordar “cuando crezcas vas a ver las cosas diferente”. Generalmente esos adultos se referían a que finalmente, se tiene que formar parte de la sociedad y uno se transforma en un engrane más que hace funcionar la maquinaria social. Con el paso del tiempo efectivamente las personas van cambiando sus prioridades, y ante obstáculos que presenta la vida tiene que echar a la basura la ideología y formar parte de aquello de lo que siempre estuvo en contra.
Ese puede ser un camino. Sin embargo, habemos quienes seguimos creyendo que la sociedad no esta inerte, si no que se esta moviendo, y necesita de individuos que vayan en contra corriente, y no unirse solamente al flujo constante en que se mueve la mayoría. Cuando menciono de ir en contra corriente, me refiero a varios caminos, sin embargo no importa que camino sea, mientras ninguno de estos individuos olvide nunca que las cosas siempre se pueden mejorar.
Los que resisten todos los obstáculos que no son más que mecanismos naturales que tiene la sociedad para resistirse a los cambios, son los que habrán logrado cambiar a la humanidad. Pueden ser muchas las maneras de avanzar contra corriente, desde el campo de la ciencia, desde la política, desde el arte, entre muchos otros. Para muchos este es un futuro incierto y sin importancia, es cuestión de prioridades, para otros es el objetivo principal para lo que vivimos.