miércoles, agosto 22, 2007

Harry Potter

Harry Potter es uno de mis libros favoritos de todos los tiempos. Creo que esa serie solo puede estar por debajo de la serie de La Fundación de Isaac Asimov. Por otro lado las películas de Harry Potter también han sido muy buenas hasta ahora, solo las puedo poner por debajo de la serie de Star Wars, por lo que Harry Potter si es de mis series fantásticas preferidas.

El domingo pasado fui a ver por segunda vez la película número cinco: La orden del Fénix, que para mi fue uno de mis libros menos favoritos, sin embargo el director hizo un excelente trabajo con la película y logró una escena de acción final bastante intensa e interesante. Ir a verla el domingo fue genial por dos cosas: 1) fue en la IMAX y era en 3D y 2) porque la amiga (Karen) con la que fuimos el Moreno y yo, era igual de fan que yo y estuvimos criticando todos los errores de la película.

Bueno después de salir de la película, hubo una pequeña discusión sobre varias cosas, pero entre ellas yo decía que Luna Lovegood era más bonita que Ginny Weasly, pero no que Hermione Granger. Mi amiga estaba indignada porque ella decía que Ginny era la más bonita. Si uno lee el libro y nunca ve la película, debe creer que esto es verdad, porque la descripción del libro es que Ginny es de las chicas más deseadas de Hogwarts, incluso debe ser más bonita que Hermione (que en libro es bonita, pero nunca anda arreglada). Sin embargo en las películas las cosas son diferentes.

A continuación voy a enumerar a las chicas de Harry Potter de la más bonita a la menos bonita, según las actrices que las representan en las películas y según mi criterio:

Número 1: Hermione Granger


Número 2: Luna Lovegood


Número 3: Ginny Weasly


Número 4: Cho Chang


Así es, para mi Cho Chang no cumplió los requisitos que esperaba que tuviera. Según el libro debería de ser mucho más bonita que la actriz que la representó. Ahí les dejo este post para que opinen al respecto. Por cierto la imagen del blog también es de Luna Lovegood.

miércoles, agosto 08, 2007

Aventura cosmonauta



Las estrellas solas, con un fondo negro aterciopelado, brillaban intensamente y su titilar parecía estar lleno de una armonía sinfónica. Sin embargo el espectáculo de abajo era el más llamativo para Ricardo. El azul del mar, las nubes, y los continentes verdes. Todo junto, en una sola mirada. La sensación y emoción iba creciendo. Soltó su cinturón de seguridad y flotó por toda la nave. Era feliz, sabía que algún día podría conquistar el espacio, sería todo suyo, por siempre.
Miró su reloj de su muñeca izquierda: eran las 16 horas, tenía que bajar ya, el tiempo se agotaba, un pequeño error podría destruir su vida. Así es de delicado viajar al espacio, entre los planetas, entre las estrellas y supernovas gigantes. Antes de empezar a descender le echó una ultima mirada a las estrellas que lo saludaban cambiando la velocidad de su titile, miró la faz de la luna redonda y perfecta, una pequeña esfera roja llena de cráteres.
Aterrizó sin mucho problema, el clima era perfecto, la entrada no tuvo demasiada fricción, increíble que lo hubiera logrado y pensar que había habido muchos accidentes recientemente. De pronto todo se nubló, su mamá lo estaba esperando a la entrada de la puerta cesuña:

- ¿cómo te atreves a tomar la nave de papá si ni siquiera sabes conducir?
- Mamá… todo mundo lo hace.
- ¿Todo mundo lo hace? El año pasado se murió un niño en el sistema centauri, ¿sabías eso?
- Mamá… por favor, no te enojes – El niño de 12 años se veía preocupado, sabía que tendría consecuencias el pequeño hurto.
- Vete a tu cuarto voy a hablar con tu padre del castigo.

A regañadientes Ricardo obedeció, la señora Mastuki entró a su casa y su marido estaba viendo holovisión con una bebida alcohólica en la mano.

- Nuestro hijo se robó tu nave y salió al exterior – dijo la señora Mastuki con cara de indignación.
- Hmmm – solo contestó el señor Mastuki.
- ¡Tom! ¡te estoy hablando!
- Perdón querida, pero es natural que el hombre sienta curiosidad por el espacio, por salir de su planeta, por ver nuestra hermosa luna Ceti, dicen los historiadores que el hombre ha sentido esta curiosidad desde tiempos arcaicos, desde que aún habitaban a la destruida Tierra.
- Ay… dejó escapar un quejido la señora Mastuki – eres tan condescendiente con él.