Abraza la leyenda, el poder y la infinita resistencia. El terrorismo poético es un acto deliberado de ataque a tus semejantes mediante recursos no violentos.
Escupe a la cara de tus amigos algunos versos mal logrados, ahógalos con frases semi-profundas, convierte sus espacios en zonas de terror injustificado.
Recuerda el objetivo: provocar, hacer sentir, recordar a la humanidad su origen animal, presentarle al individuo varias facetas que lo harán sentir multicolor.
Escribe una prosa llena de alegorías, de metáforas, comparaciones e imágenes. Inventa palabras que no existen y luego hazlo público. Reflexiona frente a alguien temas intrascendentes, como la magia fantasmagórica de los algoritmos computacionales y como pueden modificar archivos de Office.
Intercambia miradas profundas con personas temerosas, recuérdales de sus miedos, conviértelos en presa de algo que no creen; así también, debes dar valor a los valerosos y provocar el desborde de sus emociones.
Puedes creer en las hadas y los duendes y divulgarlo como una verdad científica. Tu mejor arma es el sofismo, defiende lo indefendible, aprende de las emociones ajenas, provoca odio y amor al mismo tiempo, has que la vida cambie sus cursos normales sin importar el costo.
Ataca un muro con grafiti, usa distintos idiomas, habla con música, cámbiale el acento a las palabras, vuélvete indescifrable, volátil, ataca sin dar un paso atrás…
Después de todo:
Crimen como arte, arte como crimen.