Platicando por ahí, el Mike me dijo que debido a esta crisis económica (que todavía no ha llegado a impactar realmente en la sociedad mexicana), podría aproximarse un movimiento revolucionario, además con eso de las coincidencias de que el año que viene es el bicentenario, en sus palabras “ya toca”.
Pensando un poco en esta idea, se me ocurrió que la única forma que ocurriera un levantamiento armando con la pretensión de derrocar al Estado, es el surgimiento de un gran líder capaz de movilizar a las masas, que a simple vista no veo a ninguno que cumpla con los requisitos. Después pensé que existe un movimiento (actualmente atomizado) que es capaz de hacer frente al Estado y destruirlo, un grupo de clanes que se encuentra agredido por el Estado y que es posible que busque destruirlo para su propio beneficio, por supuesto, estoy hablando del narco.
El narco en México esta divido, organizado en dos grandes cárteles que a su vez tienen problemas internos. Sin embargo, a pesar de esto, han sido capaces de soportar la embestida del Estado sin que caiga ninguna de las cabezas más altas. El narco tiene poder: Armas, dinero, conocimiento del terreno, ligas con la milicia de varios países (incluyendo el nuestro) y es de las pocas industrias que cuentan con un mercado cautivo, por lo que sus ventas/ingresos no se verán afectados por la crisis.
La crisis que ha estado impactando a países de todo el mundo, apenas está teniendo sus efectos adversos en México. Se esperan altos índices de desempleo, quizá más altos que los de la crisis de 1995, cierre de pequeñas, medianas y grandes empresas, incremento del costo financiero, etc. Una visión catastrofista dirán (como la de Carlos Slim), pero es una realidad, y por pura intuición, la pobreza se agudizará en México.
Sin duda actores políticos mexicanos (ya desgastados) intentarán aprovecharse de esta situación para ganarse un pedacito de poder en el gobierno. Sin embargo, ninguno de estos líderes (pueden ser del PRD), son capaces de alzar a las masas, pobres y desarmadas, contra el actual gobierno. Es por eso que creo que sólo si un líder que proviniera de las filas del narcotráfico sería el indicado para promover un movimiento armado.
En primer lugar, el narco puede pagar y pagar bien. En la actual crisis lo más importante es ofrecer un futuro mejor a todo aquel que quiera irse a la revolución, pero además, si se puede asegurar un poco el presente con algo de dinero, las convicciones aumentan. En segundo, el narco tiene armas, sabe usarlas, conoce como trabaja el ejército mexicano e incluso tiene pactos con él. Contando con ciertos nexos entre el ejército y además con gente bien armada y entrenada para combatir, será más fácil planear un golpe de Estado.
Falta analizar si hay alguna causa o motivo para que el narco emprendiera tal movimiento. Lo peor del caso es que si existen motivos. El Estado no ha dejado al narco operar libremente, lo ha atacado abiertamente (y ha fallado obviamente) y el narcotráfico ha reaccionado, aunque de manera minúscula, por la misma naturaleza del problema. Otro motivo es el tener el poder del Estado que es el monopolio natural de la fuerza, la ley, etc.
Obviamente para que ocurriera algo así tienen que ocurrir varias cosas, como que surja un gran líder del narco, más unificación entre los dos cárteles o fortalecimiento de uno de ellos; incluso es necesario un incremento sustancioso del descontento social, entre otras cosas.
Pero la idea tampoco es tan descabellada, ahora entiendo a la CIA.