cPara mi pichita
Era un escarabajo como cualquier otro. Me divertía jugando entre la humedad del viejo charco, subiendo a los árboles más altos, comiendo todo el día, luchando con otros escarabajos para mostrar que era más fuerte; mi vida era una vida común y corriente hasta que la conocí.
Primero no me impresionó, sólo pudimos ser los mejores amigos. Era la oruga más divertida que había conocido, y a pesar de la mofa de mis compañeros escarabajos, y que ella era lentísima para moverse, cada día era más feliz a su lado. Recuerdo que una vez cayó al viejo charco desde una rama muy alta, me sentí desfallecer y me lancé inmediatamente a rescatarla. Ella me lo agradeció segregando un poco de su baba en mis poderosos cuernos y fue la experiencia más maravillosa.
Dicen que la felicidad no es para siempre, y en el momento en que más la amaba las cosas cambiaron, ella empezó a cambiar de humor y cada vez se distanciaba más de mí. Un día de otoño, subió a la rama más alta del árbol y construyó un hermoso capullo, donde se metió y no volví a escuchar su voz en mucho tiempo.
Todo el tiempo permanecí a su lado, enamorado, recordando cada segundo junto a ella. La vida no era justa para mí, pero no importaba, podía esperar…
Finalmente meses después (años para un escarabajo), ella salió. Era la mariposa más hermosa que este mundo ha conocido, alas radiantes multicolores, cuerpo esbelto y maravilloso, antenas gráciles y sonrisa eléctrica. Pero había algo que no había cambiado en ella: sus ojos y su mirada intensa en la cual tantas veces me perdí. Lo nuestro ya no podía ser, yo estaba atado al suelo de por vida y ella a ser libre y volar entre las flores. Yo la amaba profundamente pero la tuve que dejar ir.
Desde ese día viví soñando y me prometí a mismo ser el mejor escarabajo del mundo, para algún día poder renacer y estar más cerca de ella, para poder amarla como a mi igual, para encontrar mi lugar el cruel destino que atrapo en nuestros cuerpos en especies tan diferentes.
Nunca pude estar con un escarabajo mujer, pero fui muy bueno. Compartí mi comida, enseñe a los niños escarabajos a ser buenos, nunca destruí una planta, es fin, todo un ejemplar.
Luego llegó el momento y tuve que morir. Pero la historia no acaba ahí, renací. Ahora era un ser humano y decidí mirar profundamente a todas las mujeres que conociera con la esperanza de volver a ver esa mirada que tanto cautivo mi vida.
Había perdido la fe y comenzaba a pensar que quizá algún día encontraría esos hermosos ojos en un ave, en otra mariposa o simplemente jamás los volvería a ver. Hasta que ocurrió un día, en un retrovisor de un auto, los ojos más hermosos que he visto en mi vida se reflejaron, ojos rodeados de pintura negra, con mirada profunda e intensa. Me perdí nuevamente y supe que había encontrado a mi amada mariposa. Creo que ella también me reconoció.
Era un escarabajo como cualquier otro. Me divertía jugando entre la humedad del viejo charco, subiendo a los árboles más altos, comiendo todo el día, luchando con otros escarabajos para mostrar que era más fuerte; mi vida era una vida común y corriente hasta que la conocí.
Primero no me impresionó, sólo pudimos ser los mejores amigos. Era la oruga más divertida que había conocido, y a pesar de la mofa de mis compañeros escarabajos, y que ella era lentísima para moverse, cada día era más feliz a su lado. Recuerdo que una vez cayó al viejo charco desde una rama muy alta, me sentí desfallecer y me lancé inmediatamente a rescatarla. Ella me lo agradeció segregando un poco de su baba en mis poderosos cuernos y fue la experiencia más maravillosa.
Dicen que la felicidad no es para siempre, y en el momento en que más la amaba las cosas cambiaron, ella empezó a cambiar de humor y cada vez se distanciaba más de mí. Un día de otoño, subió a la rama más alta del árbol y construyó un hermoso capullo, donde se metió y no volví a escuchar su voz en mucho tiempo.
Todo el tiempo permanecí a su lado, enamorado, recordando cada segundo junto a ella. La vida no era justa para mí, pero no importaba, podía esperar…
Finalmente meses después (años para un escarabajo), ella salió. Era la mariposa más hermosa que este mundo ha conocido, alas radiantes multicolores, cuerpo esbelto y maravilloso, antenas gráciles y sonrisa eléctrica. Pero había algo que no había cambiado en ella: sus ojos y su mirada intensa en la cual tantas veces me perdí. Lo nuestro ya no podía ser, yo estaba atado al suelo de por vida y ella a ser libre y volar entre las flores. Yo la amaba profundamente pero la tuve que dejar ir.
Desde ese día viví soñando y me prometí a mismo ser el mejor escarabajo del mundo, para algún día poder renacer y estar más cerca de ella, para poder amarla como a mi igual, para encontrar mi lugar el cruel destino que atrapo en nuestros cuerpos en especies tan diferentes.
Nunca pude estar con un escarabajo mujer, pero fui muy bueno. Compartí mi comida, enseñe a los niños escarabajos a ser buenos, nunca destruí una planta, es fin, todo un ejemplar.
Luego llegó el momento y tuve que morir. Pero la historia no acaba ahí, renací. Ahora era un ser humano y decidí mirar profundamente a todas las mujeres que conociera con la esperanza de volver a ver esa mirada que tanto cautivo mi vida.
Había perdido la fe y comenzaba a pensar que quizá algún día encontraría esos hermosos ojos en un ave, en otra mariposa o simplemente jamás los volvería a ver. Hasta que ocurrió un día, en un retrovisor de un auto, los ojos más hermosos que he visto en mi vida se reflejaron, ojos rodeados de pintura negra, con mirada profunda e intensa. Me perdí nuevamente y supe que había encontrado a mi amada mariposa. Creo que ella también me reconoció.
5 comentarios:
cute ^-^
El amor y sus consecuencias.
Buen cuento Luis. ;) ponlo en el librito y mételo en el correo!
si es una lectura para niños deberia ser mas infantil y con dibujos
no me parece buen cuento por que es para niños y no tiene nada de niños deberia ser mas infantil
No entiendo lo que quisiste decir amigo(a).
:) jajaja
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