Todo está tiene forma de círculos, incluso la vida.
Había viajado 20 años hacia el futuro. Tenía una nueva vida, completamente extraña, que no hacía ningún sentido con mis vivencias anteriores. Era un leñador, mi nombre era Jaime y vivía con mi madre una anciana señora que pasaba todo el día cocinado y haciendo labores del hogar. El señor X tenía razón, viajar en el tiempo entrañaba consecuencias más allá de nuestro control.
Tuve que adaptarme a mi nueva vida. Talar árboles, tomar cerveza en un pequeño bar del pueblo, vivir una vida campirana con tan solo 100 vecinos, los cuáles aprendí a tratar casi inmediatamente. Mi salario era muy bajo, pero alcanzaba perfectamente bien para la vida sin lujos que llevaba con mi nueva madre.
Intenté viajar en el tiempo nuevamente como unas mil doscientas veces. Era una obsesión constante y apremiante en mi nueva vida. No podía dejar de pensar en el error que había cometido, recordaba aún la vida donde mi padre había muerto, ¿en qué realidad estaba ahora?, no tenía los medios ni la imaginación suficiente para emprender una búsqueda de mi otro yo y mi familia. ¿Era eso posible?
Sin ningún resultado, dejé de intentar viajar en el tiempo 10 años más tarde. Por más que me concentré, mi sueño recurrente jamás volvió, y la esperanza de volver a ser realmente yo se fue desvaneciendo lentamente. Tuve que conformarme con mis nuevas habilidades físicas, mi capacidad de tomar mucha cerveza de barril y mi poca habilidad para encontrar una compañera. Vivía con la anciana, que me hacía de comer, me limpiaba la ropa y hacía todo por mí, cómodamente me adapté, ya con resignación, a mi nueva vida.
Después de unos cuantos años, mi vida tenía paz, tenía pocos amigos, respiraba aire puro del bosque, convivía todos los días con mi madre y me sentía lleno de energía. En días grises aún me perseguía de pronto el recuerdo de mi padre muerto, ¿qué sería de mi cuando abandoné mi cuerpo?, esa ola de pensamientos me azotaba de pronto en cualquier lugar, y me dejaba en un estado ausente, que a mis amigos o a mi madre preocupaban. Cuando me preguntaban ¿qué estas pensando? No sabía que responder, permanecía callado y a veces sólo contestaba "nada".
Un día, regresé del trabajo y encontré la puerta de la cabaña abierta. Me pareció extraño y entré con cautela. Encontré a mi madre muerta en el suelo, desangrada, había sido asesinada a sangre fría. El shock inicial me dejó petrificado y cualquier sentimiento que podría sentir se convirtió en rabia, en un odio poderoso que recorrió todo mi cuerpo. Repentinamente un destello rojizo acompañado de un dolor intenso, se dejó sentir en mi ojo, el maldito asesino seguía en la casa y me atacaba con un arma. Mi fuerza se desató, ataqué al asesino con una fuerza descomunal, lanzando un alarido bestial que provocó que la inmovilización total del asesino. Yo aproveché la situación para descuartizarlo en, literalmente, 50 pedazos.
Varias horas después rompí en llanto. Enterré al asesino en las afueras de la cabaña, y mientras lo hacía, miles de pensamientos acudieron mi cabeza, ¿por qué estaba muerta mi nueva madre? ¿Esto hubiera pasado si yo no hubiera viajado al interior de Jaime? ¿Habría forma de encontrarme a mí mismo y de saber en qué realidad estaba?
Abatido, regresé a mi casa, estuve varias horas más viéndome en el espejo, la herida de mi ojo continuaba sangrando, mis ojos cafés profundos, mi rostro barbado, de pronto entendí. Sabía quién era, sabía qué hacer, sabía por qué había ocurrido todo, sabía en qué realidad estaba. El mundo era simple, era un círculo.
A pesar de saberlo, tenía que comprobarlo. Fui a un café internet, entré a un foro y empecé a escribir "cómo viajar en el tiempo". Varios meses más tarde, tenía un correo electrónico, era yo.
1 comentario:
Me gusto mucho el cuento sobre que la vida es un circulo, que igual donde empieza, acaba. buena imaginacion luis........mom
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