La vida es
evasiva. El tiempo pasa y me sigue eludiendo. La felicidad, la tristeza, la
melancolía y el dolor. Todo lo mezclamos en un crisol, lo calentamos, lo
enfriamos, lo ingerimos, respiramos; después emana de nosotros para llover
sobre alguien más. La vida es algo que nunca entenderemos. Somos limitados, no lo
creemos y buscamos sin saber que no es necesario. Tenemos todas las tardes de
su vida, todos los instantes (¡qué son infinitos!) de nuestra juventud, y a
pesar de todo, no soñamos con ser viejos.
¡Amo mis
canas!
Me gusta
cada día, me gusta renacer a cada instante y el viaje que hago entre mis
recuerdos. Todas las mañanas selecciono una memoria de cinco minutos, la palpo,
la saboreo y la muestro aunque nadie la vea. Y luego el amor, que prescinde a
tantos y los confunde con la carne y la estética. Ahora que he visto al amor de
frente, que sé que la pasión tiene muchos colores, sonrío ante lo rústica que
puede parecer la vida.