domingo, junio 27, 2004



Camelónico
                                                         




La brisa llegó sedienta. Lo primero que vio fue un árbol danzando
con el viento. No encontró forma actual para apagar su mortal deseo. Se
desparramó en el árbol un rato, mientras miraba en donde posarse. Un par de
enamorados pasaron. Uno de ellos tomó una rosa color violeta y en ese preciso
momento, la brisa voló ferozmente hasta el lugar y cubrió la rosa con su cuerpo
húmedo y volátil. La rosa quedo extasiada. La pareja de enamorados... también.


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