Flotando. Alrededor podía ver varias igual que ella. Hacía frío, un frío delicioso. La sensación de flotar era sensacional, abajo se podía ver la tierra. Las montañas majestuosas, los grandes pinos color verde, el hermoso río que parecía una lágrima corrida. Todo era hermoso y ella, ya no recordaba de donde había venido, solamente le preocupaba el presente, esa sensación de éxtasis de estar flotando sobre todo y con ese aliento frío rodeándola.
Así permanecía, nunca terminaría, pero de pronto algo cambio. La temperatura empezó a subir, el frío que la rodeaba ya no era el mismo. Una sensación nauseabunda cruzó todo su ser, ¿Qué estaba ocurriendo?, parecía que iba a desfallecer. Se mareaba mucho y lentamente se dio cuenta de que estaba perdiendo altura. “NO VOY A CAER” – gritó desesperada. Cada vez hacia más calor y ya no podía sostener su vuelo de pronto la tierra comenzó a acercarse rápidamente y veía un árbol que se hacia grande, grande, grande. De pronto vio un río y… la gota de lluvia se perdió para siempre en el agua.
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