Escindí una nube en dos y cincelé con sangre su nombre en la montaña. El sabor al café promiscuo con saliva, con un respiro de amoniaco y una gota de jabón. Revoloteé tan alto como una cascada de arpegios y me apoderé mil musas entre las yemas de mis dedos. Solo me quedó un cabello, entre las cuerdas.
1 comentario:
Que chido que te llege la musica, es exactamente lo que sucede, despues de algun fa menor muy prinunciado....
SAludos!
:D
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