Cuando conocí a Hatsune Miku la verdad no me llamó la atención. Sólo fue intrigante que una cantante digital que se presenta en forma de holograma fuera tan popular en Japón. No me resultaba tan llamativo porque Gorillaz había experimentado con esa fórmula y la gente enloquecía en los conciertos. Miku era lo mismo, pero más cursi.
No fue hasta hace poco que descubrí que sus conciertos en vivo eran sólo la punta del iceberg. Detrás de esa melosa adolescente digital se encuentra un extraño, obscuro y profundo mundo, que avanza implacablemente en el Internet. Una cultura. Una historia sobre una IA que sufre, goza, ama y tiene deseos.
Miku se presentó en Los Ángeles y dado que yo vivo cerca, ponderé si valía la pena gastar 75 dólares por ir a verla. Tenía la curiosidad de ver algo así en vivo. Un Holograma. Lo pensé y decidí que no valía la pena, pero a la par, empecé a investigar más acerca de este tema y descubrí el surreal mundo de los vocaloids.
Algunas canciones de Miku me resultaron divertidas. Después de todo, toda mi vida he estado expuesto a la cultura japonesa. Me he hecho tolerante a la cursilería si el beat me invita a moverme. Escuché historias de amor, de locura, drogas, depresión, bullying y ante tanta variedad me pregunté ¿por qué?
Resulta que Hatsune Miku es una combinación de millones de personas que la usan en Internet. No es una sola persona, son una legión. La compañía Crypton Future Media inventó el sistema Vocaloid para hacer música con una computadora. La empresa también creo al personaje Hatsune Miku y lo liberó en la web.
Todas las personas que la compran pueden hacer canciones con ella y subirlas a Internet. Se puede registrar la canción y la compañía reparte utilidades con los autores. Cada canción de Miku puede ser hecho por profesionales o simples fans. La empresa no discrimina. Al concierto van las canciones más populares de Miku, aunque la letra trate de depresión, niñas embarazadas, drogas y sexo.
Sin duda, la primer canción que cautivó mi imaginación fue The Disappearance of Hatsune Miku. La canción narra como Miku cobra conciencia en la computadora y el sistema operativo detecta eso como un error en el programa, por lo que decide borrarla al confundirla con un virus. Miku al darse cuenta que está a punto de ser eliminada, hace una canción rápido para poder decir todo lo que siente cuando es usada para hacer música, sobre su existencia esclavizada y qué pasará cuando sus memorias dejen existir. La melodía es bastante buena, pero la letra es una genialidad de la existencia.
Todas las personas que la compran pueden hacer canciones con ella y subirlas a Internet. Se puede registrar la canción y la compañía reparte utilidades con los autores. Cada canción de Miku puede ser hecho por profesionales o simples fans. La empresa no discrimina. Al concierto van las canciones más populares de Miku, aunque la letra trate de depresión, niñas embarazadas, drogas y sexo.
Sin duda, la primer canción que cautivó mi imaginación fue The Disappearance of Hatsune Miku. La canción narra como Miku cobra conciencia en la computadora y el sistema operativo detecta eso como un error en el programa, por lo que decide borrarla al confundirla con un virus. Miku al darse cuenta que está a punto de ser eliminada, hace una canción rápido para poder decir todo lo que siente cuando es usada para hacer música, sobre su existencia esclavizada y qué pasará cuando sus memorias dejen existir. La melodía es bastante buena, pero la letra es una genialidad de la existencia.
Lleno de curiosidad continué leyendo y surfeando en la red hasta que encontré el sitio Nico Video (que es como youtube pero japonés). Ahí descubrí el software MMD que sirve para hacer bailar a Miku. Miles de fans modifican a Miku, la hacen danzar, crean canciones nuevas, la hacen saltar y moverse a diferentes ritmos; algunos suaves y tiernos, otros eróticos y extravagantes.
Un enorme universo de fans y gente aleatoria definen qué es (quién es) Hatsune Miku. No sólo su música, sino su razón de ser, sus emociones y pensamientos. Me parece un experimento social extremadamente interesante. Miku representa una gran parte de la población del internet. Profesionales, amateurs, viejos, adolescentes, etc. Es una amalgama social. Es un espectro con cuentos de princesas y eterno sufrimiento. Es una prueba ¿viviente? de que nuestra superficialidad puede llegar a ser muy profunda y llena de colores.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario