Ya es noviembre. No hay duda que el tiempo es más rápido que yo. La vida se fragua en una alcantarilla pequeña en el centro de mi corazón. Tendré que continuar entre lo real y lo irreal.
Por la noche tuve ese sueño otra vez:
Desperté de pronto, como si una mano me hubiera tocado muy ligeramente la frente. Abrí los ojos y todo normal, solo un poco menos de color al habitual, al tratar de salir de mi cuarto me encuentro con una imagen sobrepuesta. Todo lo que estaba afuera de mi cuarto era irreal, y al tocar el espacio donde supuestamente no debería encontrar oposición más que de unas moléculas de aire, una sustancia acuosa era atravesada por mi mano provocando una serie de ondas en todo su extensión.
Con un aire de valor atravieso ese marco y la luz se hace ver tan clara que no me puedo ver unos segundos. Atrás de mí ya no hay nada solo hermosos árboles de colores. A mi alrededor, cascadas, campos floreados, es hermoso, es el edén, es el "end of the time". Nada pasa, todo se mueve, pero no en el tiempo si no donde todo el tiempo se reúne, donde el tiempo deja su infinidad y se vuelve finito. Ahí... termina todo.
Ahora observo con mas cuidado, hay viejas construcciones estilo clásico, templos, pirámides y un gran palacio color perla con retoques dorados en su entrada hay un viejo que me mira con paciencia, indudablemente espera algo de mí...
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