¿Cuántas veces repetimos el ciclo? ¿Conocerlo es la muerte verdadera?
la nave de resucitación no es más que una alegoría de nuestro juego,
gracias Kara, el ciclo está a salvo, la vida sigue y sigue,
y la espiral se proclama verdadera, como una creatura nueva.
El sentido de su vida, mi
observación permanente y cuando faltó el temor: todo es parte de mí. Dios. Al
fin lo recuerdo, bajo todas las sombras angulares. Es necesario que olvide que
Dios y yo somos lo mismo, para cuando recuerde, escriba sin sesgo divino todas
las vidas: cylons y humanos por igual.
Todo estaría perdido. Pero Kara…
Kara mi querido mensajero, mi
poderosa guerrera, mi semi-diosa sudada; guió la historia en mi ausencia,
aterrizó en la tierra mis delirios y al final; cuando supo que estaba cerca de
lo perdido, me invocó y volvió. Kara, poseedora de mi valor y coraje, mas no de
mi miedo; se alza como un ser alado y de golpe me devuelve mi carácter divino.
Fue mi reflejo, simuló mortalidad
y brindó muerte. Muerte obscura y luna eterna para todos aquellos que me
pertenecen. Esa necesaria destrucción para la reactivación de los vientos, de
la chispa y aliento, que da vida a lo natural y artificial. ¡Oh Kara! ¡Cómo
agradecerte que te desprendieras de mí y ejercieras mi voluntad en el mundo
terral! Con nuestra unión gobernamos nuevamente y creamos las canciones de las
estrellas.
Nuestra sinfonía perfecta se
reanuda. Cuando el tiempo nos consuma, tú volverás. Recuerda trabajar sin miedo
y con fuerza, forja con fuego tu alma, edifica tu mundo y solidifícate como
acero. Prueba el amor esta vez mi querida hija, te permitirá diluirte entre los
mortales y al sentir el verdadero dolor, me despertarás nuevamente.
Kara. Vuela nuevamente cuando
hayamos terminado. Regresa entre los tuyos siendo yo, vuela veloz en tu viper, destruye cuando sea necesario,
inmortaliza tu raza y planta recuerdos a cada instante. Estaré observando,
mientras lentamente te olvido y será tu objetivo cautivar con tus encantos y
ejercer mi divinidad por los ciclos de
los ciclos, amén.