Me gustaría que tú me mataras cuando llegue el momento. Que todos esos sentimientos que nacen cada segundo que te respiro, terminen por tu mano y no por azares del destino. Me gustaría que tú me mataras lentamente, que mientras me haces sentir el placer agonizante, el dolor se mezclara con él y se perdiera por siempre. Me gustaría sufrir por siempre contigo, sufrir el dolor eterno del amor.
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