viernes, junio 17, 2011

Trántor: un planeta para todos



Karh Cuomo iba llegando a Trántor. No podía creer que era para quedarse ahí el resto de su vida. Trántor, el máximo logro de la humanidad, el planeta ciudad: ni un sólo espacio abierto, todo estaba cubierto con metal y concreto, nada de áreas verdes, con excepción de la zona del palacio imperial.

Karh estaba molesto. No le gustaba tanto la idea de vivir en ese planeta de metal y concreto, en ese lugar donde no podían ver el cielo nunca, debido a las cúpulas protectoras que cubrían todo el planeta. Ese mismo día estuvo caminando por los alrededores de su nuevo departamento, entró a varios centros comerciales y descubrió que la tecnología era asombrosa. Todo estaba sistematizado, las tiendas le daban la bienvenida, le ofrecían lo que quería, si hacía mucho calor el clima cambiaba, etc.

La comida era mala. Sin embargo, todos los trantorianos estaban muy acostumbrados al sabor sintético de sus alimentos, Karh, como extranjero, tendría que acostumbrarse.

Por la noche (la noche estaba programada para atenuar las luces poco a poco a partir de cierta hora) estuvo caminando por las calles que estaban al nivel del suelo. En su caminata encontró un enorme túnel que decía "sólo sintéticos". Era muy común en Trántor encontrar túneles en vez de callejones.

Decidió caminar por el lugar, a pesar de la soledad que le inspiraba. Nadie lo detuvo, pero a los 40 minutos, se dio cuenta que el panorama era desolador. No había ni un ser humano a su alrededor y hacía rato que había dejado de ver comercios. Decidió que era momento de regresar cuando de pronto escuchó una voz de mujer que lo llamaba: "Hola, ¿estás perdido?

Karh volvió su mirada al instante y una hermosa chica con una falta muy corta, voluptuosas caderas, boca gruesa, busto firme y ojos grandes, lo miraba sonriendo. Karh preguntó: "hola, ¿cómo te llamas? - La chica respondió: "me llamo Ami, ven, acércate para verte mejor". Inmediatamente Karh se dio cuenta de que era una prostituta, lo que no le molestó, después de todo, la chica era bastante atractiva y él tenía rato sin tener sexo, así que se acercó.

"Hola, ¿cómo funciona esto?" Ella no le contestó, en vez de eso, lo abrazó y besó. El sabor de sus labios le recordó un dulce de sandía y la firmeza del abrazo lo hizo ceder inmediatamente. Con gran fuerza, Ami, llevó a Karh hacia un lugar más apartado y obscuro, donde comenzó a hacerle una felación con fuerza y firmeza, Karh se excitó tanto, que tuvo una eyaculación que puede calificarse de precoz. Después Ami se desnudó y le dijo en el oído "Soy tuya has cuanto quieras amo".

Karh pudo resistir bastante la segunda vez, la penetró con fuerza, mientras ella no ocultaba que lo disfrutaba. Karh tuvo 5 orgasmos cuando decidió que estaba exhausto, que le había encantado Ami y que ella era muy resistente.

Ambos reclinados en una vieja pared de metal veían el vacío obscuro del túnel. Karh dijo: "¿Cuánto cuesta estar con la mejor mujer de Trántor?", Ami lo miró, y aunque intentó contenerse, soltó una risotada estridente: "jajajajaja". "¿Qué pasa dijo Karh?", "no soy mujer, soy robot" fue la respuesta. Karh abrió mucho los ojos y se alejó un poco, ella comenzó a seguirlo preguntando "¿qué pasa? ¿le tienes miedo a las robots?". Karh apenas alcanzo a balbucear algo, cuando ella tomo su pene entre su mano y lo apretó con fuerza. Unos segundos de desconcierto más y luego Karh sonrió feliz: Creo que me va gustar Trántor.

No hay comentarios.: