¿Ahora qué hacemos? Era la pregunta que nos hacíamos, todos los que estábamos en la pequeña oficina. La maldita oficina no tenía ventanas, así que no había ninguna escapatoria y la sensación de claustrofobia era mayor. Mientras me tendía en la alfombra boca arriba, descubrí que el techo era de plafones y quizá podíamos removerlos y escapar por ahí. El centro del techo era de plafones y las orillas era de un material sólido, quizá ladrillos, cemento o tabla roca, me era imposible descubrirlo. Podríamos quitar los plafones y caminar por la orilla que era bastante amplia, donde el material era sólido y probablemente resistente.
—Escuchen tengo un plan… —dije en voz alta pero me interrumpí al ver a Rodolfo en el suelo con cara de angustia, agarrándose la pierna. — ¿Qué pasa Rudo? —Cuando hice la pregunta, Laura y el Gera, que también estaban descansando, se incorporaron para ver más de cerca al Rudo. —Nada we, me duele un chingo es todo. El Gera se acercó y levantó el pantalón de Rudo rápidamente, sin que éste pudiera evitarlo. La pierna estaba morada, probablemente engangrenada. — No se ve bien Rudo — Le dije. — Ya sé cabrón, ya sé. — contestó este con un hilo de voz. El dogo dijo con voz baja: — Lo siento mucho cabrón — se veía mucha seriedad en su cara — pero vamos a tener que cortarte esa madre en cuando podamos. El Rudo mostró su miedo en los ojos, luego calló, bajó la cabeza en aceptación y alcanzó a decir entre sollozos: — sí, no hay pedo.
—¿Qué decías tú? — preguntó el Gera señalándome. Asentí con la cabeza y empecé a explicarles mi plan. Todos estuvieron de acuerdo, pero el Dogo se mantuvo en silencio y al final dijo: —No sé si el Rodolfo vaya a poder trepar y andar gateando por arriba del techo. — ¡Claro que puedo! — gritó el Rudo con terquedad, mientras intentaba incorporarse. Si creíamos en su buena voluntad, pero no sabíamos si soportaría treparse y arrastrar la pierna durante bastante tiempo. Necesitábamos solucionar su problema. Por otra parte, si después lográbamos cortarle la pierna, estaría en completa desventaja y ninguno de nosotros sería capaz de cargarlo.
—Bueno — dijo Laura — vamos a mover esta mesita para alcanzar el plafón. Acomodó la mesa se subió y empujó el plafón que cedió inmediatamente. — ¿De qué es el material que está a lado, en la orilla? — Pregunté — No sé, pero… — Laura jaló fuertemente de él y luego se colgó de sus brazos unos segundos —… parece que si nos va aguantar sin pedos. Luisa sonrío: — Muy bien. Necesitamos usar el escritorio para llegar más alto y subir más fácil. — El escritorio está sosteniendo la puerta — dije. —No le hace — dijo el Dogo — no se oye nada afuera, hay que subir rápido y ya.
Movimos el escritorio, quitamos dos plafones más para poder subir a la parte que era de material fuerte y ayudamos a subir primero a Rodolfo. —Tu puedes master — le dije — nomás te vamos a empujar y usa tus brazos todo lo que puedas. Empezamos a empujar a Rodolfo entre los tres hombres y logramos subirlo. En cuanto se subió se quedó tirado como inconsciente, en el material que era sólido. Estaba todo sudado y respiraba con dificultad. —Esto no me da buena espina — murmuró el Gera para que Rodolfo no pudiera oírlo. —Sí, pero ni modo que lo dejemos wey — dijo el Dogo. —Sí, ¿por qué no? No vamos a poder cargar con él cabrón. — ¡AAAAAHHH! — Luisa gritó señalando hacia arriba. El Rudo escupía sangre y sus ojos habían cambiado de color, se contorsionaba y movía sus brazos desesperadamente.
1 comentario:
me va acargar la verga!!!!!!!
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