martes, octubre 21, 2003

Hablar de democracia en estos días es casi casi querer hablar de la panacea. Hasta en jueguitos sencillos como en el basta o para elegir un logo de geekcore lo queremos aplicar. La verdad es que la democracia esta muy lejos de ser la grandiosa respuesta para todo que tantos creen, en muchos casos hasta es elegida como forma de resolver un problema sin saber exactamente a que significa el término. La democracia el es método para la toma de decisiones más idealista que hay y también el que lleva mucho más riesgos. Al fin y al cabo la democracia viene a ser una imposición. Una imposición (si si si) de la mayoría a la minoría, ¿pero qué le hace pensar a todos que lo que la mayoría piensa es lo correcto?. En mi opinión es la estupidez más grande en la que se puede incurrir. Es la peor imposición que puede pasar por simple lógica, y cualquier persona que tenga la capacidad de leer o escuchar sobre la historia puede sacar la misma conclusión que yo. Siempre la mayoría ha estado equivocada. ¡Siempre!. Y siempre es una minoría de la humanidad quien alcanza a percibir lo más cercano a la verdad, y si no es así, pregúntenle a Voltaire, a Descartes, a David Ricardo, Adam Smith y todos los ilustrados, que siempre fueron minoría. Nos podemos ir más atrás y preguntarle a los filósofos griegos, que también siempre fueron minoría (nadie tiene la verdad absoluta, pero hay quien se acerca más que otro). Y finalmente, ¿que suponen que hay más en nuestro mundo? ¿Idiotas, gente normal o gente brillante?. La democracia le da la razón a su respuesta.

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