Después de tomarnos la cerveza entre el Gera, el Mike, el Mireles, el Dogo, el Rudo y yo. Hubo un momento de reflexión, nadie hablaba y todos estaban totalmente perdidos en sus pensamientos. El Nacho no había pisteado, quería estar alerta, nos dijo. Se mantuvo escuchando a lo que decíamos los demás. Habíamos dejado de conversar sobre la precaria situación en la que estábamos, de pronto el Mike se puso de pie de un salto — Voy a ir a explorar esta madre, ¿alguien me quiere acompañar? — El Mireles se puso de pie — Yo, vamos.
Ambos se fueron y entraron a las escaleras de emergencia para subir al primer piso. El resto nos quedamos ahí, sentados en el suelo. El dogo preguntó — ¿Tienen señal? — Automáticamente buscamos nuestro celular. Yo había tenido hacía unas horas en el Soriana, pero ahora, no había servicio. Miré al resto del grupo y todos tenían cara negativa cuando observaban su teléfono. — Nada — dijo Liz. Y el resto asintió como admitiendo que ellos tampoco tenían señal en sus teléfonos.
— Ese no es el pedo — dijo el Nacho sin voltear a vernos — El problema es que no tenemos comida y estamos atrapados en la torre mayor donde nomás hay pinches oficinas. Nos vamos a morir de hambre o vamos a tener que volver a salir a enfrentarnos con esas pinches mierdas — terminó, señalando hacia afuera del edificio, donde muertos vivientes seguían moviéndose lentamente.
— Podemos ir a buscar alguna llave de algún carro, seguro hubo raza que dejó su carro estacionado… — dijo el dogo. Todos se quedaron pensando un rato, Rodolfo habló — este edificio tiene un helipuerto, a lo mejor hay un helicóptero estacionado arriba y podemos escapar con esa madre. — ¿Estás loco? — Dijo el Gera — Me vas a decir que sabes manejar esas madres. El Rudo nomás dijo: — Nel… no sé, pero yo nomás decía.
La Neni que había estado callada dijo — Si está difícil, pero, la verdad, yo ya tengo mucha hambre. Varios dijeron — Sí, yo también. La Neni continuó — Vamos a tener que armarnos de valor y salir. Laura intervino — Sí, vamos a tener que salir eventualmente, pero la verdad, yo estoy muy cansada, quiero dormirme un rato. Acaricié a Laura en la espalda — Duérmete hermosa, yo aquí te cuido. Luisa dijo — Yo también me voy a domir. El Dogo dijo — Si tú también duérmete “mosha”. Duérmanse todos los que estén cansados, nosotros cuidamos un rato y luego nos turnamos, tenemos que descansar — terminó el Dogo. El Gera se acostó en el piso — Bueno, con su permiso…
La Neni interrumpió nuevamente — A lo mejor hay gente zombie adentro del edificio ¿no?, vamos a buscar al Mike, le puede pasar algo. — Tranquila — dijo el Gera — Tu novio es bien rudote, no le va pasar nada. La Neni se rió un poco, pero en su rostro continuaba reflejando preocupación. Mientras tanto el Nacho se levantó y se asomó por los cristales para ver a los zombies que caminaban afuera, después volteo nuevamente su mirada hacia nosotros — Tengo un chingo de hambre. Neta que nos vamos a morir aquí, no sé porque la juegan de que “todo está bien”, ¡Nos vamos a morir! ¿Qué no entienden? — terminó su frase gritando. El Rudo dijo — Calmado. Todos tenemos mucha hambre, pero nos tenemos que aguantar. — Not today my fren’ — Escuchamos la voz del Mike que había llegado con Mireles sin que los notáramos. El Mike tiró en el centro del grupo como unas 20 barritas de granola y galletas de varios tipos, como 30 jugos pequeños y unos cuantos sándwiches. — ¿Pero cómo…? — Empezó a decir Laura y el Mike la interrumpió — Abrimos todos los cajones de las oficinas y había varios que tenían “lonche”, así que a comer marcianos.
6 comentarios:
Vaya al menos encontraron algo para mitigar el hambre....bien por el Mike :))
vaya al menos encontraron algo para mitigar el hambre...bien por el Mike... :)
todo fino, ustedes confíen en mi, tengo varias soluciones en mi cabeza...
Todo fino, confíen en mi, tengo varias soluciones en mi cabeza...
la neta yo tengo ganas de cagar, pero el autor nomas piensa en comer y dormir
No olvidemos que siempre hay maquinitas de comida en cada piso!
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