jueves, diciembre 13, 2012

El ciclo de Kara Thrace: Recuerda matarte



¡Cuántas palabras caben en tus besos Kara! Recuerda suspirar por ti todas las noches. Tienes la boca llena de dulces rubíes. Tus labios son fresas, las fresas son dulces rojos, rojos rubíes. Tus ojos me ciegan de tanto resplandor. Tus ojos son soles, el sol es el fuego, el fuego la luz, la luz resplandece.

Kara Thrace libera su cuerpo y lo deja caer en lo suave de su cama. Su mirada perdida, trata de enfocarse en la fotografía. Un espiral de colores. Dibujo recurrente de su infancia, capturado ya hace mucho tiempo en un trozo de papel, verlo ahora implica divergencias extrañas.

Se desnuda por completo, se despoja de cada prenda y pensamiento lentamente. Solamente se cobija parte de sus piernas y deja descubierto el lugar donde la espalda pierde su honesto nombre. Su cuerpo sigue caliente de tanta concentración, el agua no alcanzó a tocarla, se volvió nube y ahora llueve en todas partes.

De pronto me ve. Lo sé pues algo se remueve en su mirada, como mariposa sacudida de una flor, como una vibración en su retina, me mira y me sonríe. Después sigue concentrada en ese espiral; su cuerpo parece ingrávido, flotando en su cama, su leve sonrisa confirma mi presencia y no me deja entenderla. Se voltea con su mirada puesta en el cielo, ese cielo visible a través de la nave, de las literas, la mugre, las ratas y los cuerpos.

Caída. Comienzo a caer, como si mi observación me traicionara, me veo acercarme sin reproches, dando saltos cuánticos, mil horas divinas o segundos mortales trascurren asimétricamente. Junto a ella me doy cuenta que mi tiempo es su tiempo, mi mano empieza en su cadera y sus labios terminan en los míos.

miércoles, diciembre 05, 2012

El ciclo de Kara Thrace: Armonía del fuego


 
Música al ritmo de vals, sube y baja, como la marea,
sus cenizas giran en el viento, polvo y espuma provocando
la luz es transparente, confunde con su aura, evocando;
son ilusiones obscuras, mas encienden fuego y brea.

Regala un poco Kara, bésame lentamente con tu alma,
tu dulce lengua, va marcando la pauta rítmica y eleva,
sangre cylon, sabor sintético y vida eterna,
la muerte no teme, solamente espera.

Una y otra vez, cuando algo faltó no logró sentir la entrega, no alcanzó el orgasmo,  el alcohol no fue suficiente, la consciencia se crispó, un golpe fuerte sacudió el cerebro, el amor sin sabor a esperanza; faltó el temor. Mas la armonía perfecta, donde danzan las estrellas y se acaba el infinito comienza con una canción llamada Kara.

El amor. Palabra fuerte, llena de fuego que trasmuta el alma. Dios ¿estás ahí? Después de tantas horas dedicadas a ti, todavía no se llena ese hueco frío entre el corazón y el crisol. Sus pasos metálicos por el viejo corredor,  asciende sin titubear a la nada. Kara, ¿Cómo te trata tu saliva? ¿Cuántos besos necesitas entregar para salvarme?

He descubierto una verdad: Kara Thrace. Ella, solamente ella, con las llamas encendidas, creando música divina, me mostró el camino, sólo falta recorrerlo sin quemarme. Hablar de ella por eones, recostarme en su almohada y succionar su aroma. El ciclo se repite, como un espiral de caracol, como la Vía Láctea, unidos siempre, divinos.

jueves, noviembre 29, 2012

El ciclo de Kara Thrace: una Diosa sudada


La luna acechante y precoz, lanza su magia plateada brillante,
si tan sólo el metal decidiera ser transparente, sin tan sólo la sonrisa de Kara
no reflejara más luz que la luna, así,
las esferas del universo resonarían
como una sola melodía apabullante.

Las flores de Cáprica decoran y dan profundidad al amor,
si tan sólo durara un segundo, sin tan sólo Kara no fuera
eterna como el universo, así,
los bosques se volverían difusos
como átomos elefantes sin color.

Si tan sólo Kara, sin tan sólo,
Si tan sólo no robaras respiraciones por la noche
o activaras borbotones sin reproche,
Si tan sólo Kara…

 
Descansado frente a un piano imaginario, Kara puede verse en varias presentaciones. Luces centellantes causan sudoración fría, nuevamente, todo o nada. Aniquilación o exaltación. Su mirada fija en un objetivo, una llama de fuego puede verse, la chispa que la mueve, el óxido de metal, el rojo palpitante, la muerte.

La máxima concentración provoca evaporación lípida. Difícil de lograr, pero la adrenalina, la falta de miedo y la fuerza son sus aliadas. Nunca más miedo. En ese sentido se mueve, sin razón, sin simpatía por ella misma. La respiración como un eco en su casco, las estrellas del universo saludándola, la ingravidez de su cuerpo y la desesperación por matar o ser matada.

Como una estrella que explota, el cylón despareció en una llamarada de microuniverso, Kara sonríe; supera nuevamente las expectativas: es la mejor. La meta personal es una cosa, pero nuevamente, la ingravidez ya no solo se siente en el exterior, sino en sus entrañas.

martes, noviembre 27, 2012

El ciclo de Kara Thrace: fragilidad



 
Rojo dolor, refleja el metal
latido pulsante y lento respiro
el fuego universal, purificador elemental

 
Música fatua, ojos ardientes
sonata perfecta, memoria pendiente
reflejo sombrío y sangre en los dientes


La respiración se escucha con ecos dentro del casco oxigenado, todo lo ve a través de un cristal azulado de realidad aumentada. Cada detalle en el espacio se percibe con capacidad sobrehumana, Kara se siente un cylon. Su visión y su existencia misma están limitadas a su traje. Piensa en la fragilidad del hombre, capaz de todo y de nada. Tan solo un soplido de fuego, una falla en el aire, la ausencia de agua, lo condenaban.

 
¿En realidad necesito eso? Una punzada en su pecho, es la sensación de reja vu. Recuerda que recuerda algo, pero el recuerdo no aparece, todo está dispuesto a repetirse en un ciclo. ¿Cuántas cosas ocultas yacen en la más profunda obscuridad de los recuerdos perdidos? ¿De qué depende la existencia y dónde está la línea delgada que nos divide? Si tan sólo Dios lo supiera, el Dios único.


Kara respira profundamente. Sus entrañas le hablan. Se comunican con vacío y dolor. El olor a cigarro está arraigado en su cabello. Exhala y puede olfatear su aliento, ese olor propio, definido tan sólo por ella misma, con clara textura, sabor y color. Sus entrañas le estrujan fuertemente por dentro, siente la necesidad de un abrazo, una lágrima resbala por su mejilla y salta… dejando el aroma de su aliento en el cielo.

lunes, noviembre 26, 2012

El ciclo de Kara Thrace: so say we all





El arte de sobrevivir tan sólo con adrenalina, la fuerza y el miedo son cosas diferentes, sentidas desde ángulos opuestos ante la eminente caída del status quo. No obstante, se necesitan en diferentes dosis. Ante la impotencia del espíritu, la adrenalina da el primer impulso, la fuerza proyecta y el miedo vuelve a los seres paranoicos.

 
Y La fe. La esperanza. La divinidad. El propósito.

 
El deleite de una copa de vino, la luz que olvidamos ver, lo extenso del universo y los elementos primordiales. Se vislumbran en la sombra, atrás del aro de Saturno, las constelaciones mágicas forman entramados de luz.

 
Kara Thrace nunca lo reflexionó, no sabía de dónde venía ese vívido guerrero cuando se adentró en lo profundo de su misma naturaleza. No sabía nada. No sabía de música, de armonía y perfección. Poco sabía de la divinidad y su deidad, pero sobre todo, nunca supo nada del miedo.

 
La palabra clave para explicar a Kara Thrace es, fue y será destino.


jueves, noviembre 08, 2012

Okinawa

 
Las pequeñas callecitas empedradas vibraron dentro de mí. Esa vibración sentida en la epidermis de mi alma cuando respiro en estas islas. El sol en mi cabeza lanza sus rayos dorados e ilumina mi sendero, sus luces se expanden como un virus y llegan a mis dedos acompañados de un ligero cosquilleo.
 
 
La gente mira con amabilidad y compasión mi ligero paseo ¿acaso estoy flotando?  Sonrisas me explican que me entienden, me dan la bienvenida al vientre materno, me han esperado por años y aceptan mi regreso sin tanta emotividad – era obvio que volvería.
 
 
Las plantas tienen los colores necesarios. Las observo con cuidado y detenimiento, saboreo su textura, su brillantez y sus recovecos; quiero guardar en mi mente la imagen perfecta y el olor que emanan.
 
 
El cielo está despejado y una nube blanca adorna la decoración; los pájaros graznan de alegría junto al mar y el olor a brisa es el fondo del telón. Como un gato, ronroneo cuando roso con mi mano las casitas, mis pies descalzos se enfrían con la roca que pisan y mis ojos lagrimean cuando el sol sale por detrás de las montañas.
 
 
Hace muchos años, tendido estaba sobre estas hierbas. El camino ha terminado, nunca lo seguí porque no tenía forma, pero terminé aquí.

jueves, octubre 18, 2012

Reunificación

Sentía que el cansancio se había apoderado de su mente. Comprobó que su cuerpo no respondía, sus músculos atrofiados por la vida sedentaria no funcionaban, su mirada estaba desenfocada y su mente saltaba como un colibrí. ¿Dónde está la alegría? se preguntó. Pero era demasiado tarde. La felicidad ya no lo podía alcanzar, se había quedado varios metros rezagada, entre los árboles azules y las estrellas verdes.
 
Decidió renunciar. Cayó al suelo como una gelatina, sin huesos, sin postura y sin elegancia. Su respiración se hizo lenta, mientras polvo muy antiguo entraba por sus pulmones, su cuerpo se relajó finalmente al sentir la textura y la gravedad. Después de ser cometa sin hilo, hallaba firmeza.
Ya no aguantaba más, así que decidió fundirse y perder forma. Su cuerpo humano dejó de ser y dio paso a un pequeño charco en el centro del bosque azul. El líquido servirá para darle de beber algún mamífero y vivirá por siempre en él, también en los árboles, en la luna naranja o en las estrellas verdes.